Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de crecer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana
con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.
12 de enero de 1963
Nâzim Hikmet
sábado, abril 04, 2009
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1 comentario:
només q paris un segon ja t'adones q el temps passa... no sé si és afortunat el que s'atura a mirar i se n'adona d'aquest pas del temps o tenir tot el temps ocupat i tan sols viure sense pensar massa en el demà... jo no m'acostumo a anar envellint però dóno gràcies per anar fent-ho...
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